Hoy escuché una historia, que me hizo sentir un gran dolor en el corazón, y me dieron ganas de escribir para desahogar la rabia que ciento contra aquellos que no ven más a allá de su cómodo y fácil mundo.
Era la historia de un hombre, un viejo, como mi viejo o el tuyo, que no es ningún héroe ni tampoco es un ser de gran sabiduría, pero era un padre como muy pocos, un padre y un esposo que siempre dio amor a pesar de todas las cosas.
La historia era muy larga, y lo confieso, no la escuche toda; pero si algo sé, es que ningún hijo debe jamás dar la espalda a sus Padres, y menos cuando estos están pasando por sus momentos más obscuros. Que alguien por favor me explique, porque de verdad que no lo entiendo, ¿como coño?, y me disculpan pero me hierve la sangre en las venas, un hijo solo ve los defectos del Padre, cuando el Padre siempre ha intentado obviar los defectos del hijo y tan solo ver las virtudes, ¿Ah?, acaso el hecho de que alguien te de su amor incondicional, ¿te da derecho a pisotearlo?, o peor aún, esperar a que se caiga, y en ves de tenderle una mano para ayudarle a levantarse le escupes un ojo, como si fuera un ser rastrero, y no TU PADRE… discúlpenme, pero de verdad no puedo tolerarlo, tengo ganas de despotricar y maldecir a diestra y siniestra, por el dolor que siento... no, no es mi viejo, pero yo tengo uno y lo amo con todos sus defectos, y se muy bien que yo tengo muchos mas, y que por mas que sea le debo mi vida, y su amor incondicional.
Espero de corazón, que toda la gente que lea esto recuerde a sus Padres, estén donde estén, porque si es cierto que uno debe salir adelante y hacer su vida, nunca debes olvidar tus raíces, porque damas y caballeros, nuestros viejos y viejas se van a morir tarde o temprano, y en ese momento nos preguntaremos si de verdad le dimos todo el amor que se merecían.
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